lunes, 17 de septiembre de 2012

Angustia

 Hay días que siento angustia e intuyo porqué.

 Es curioso, pero se produce en mi una extraña dicotomía y mi razón niega a mi intuición, mi razón dice "éso no es suficiente para hacerte sentir angustia".

 Entiendo que es una defenesa, pero una defensa debería ser una respuesta a una agresión y sin embargo en éste caso es el resultado de reaccionar ante la reacción de otra persona.

 Alguien se siente abandonado por mi y se disgusta conmigo. Yo estoy aquí con ella, pero me echó de menos y éso la hizo sentir débil y sola. En consecuencia me trata con frialdad y yo percibo el frío como una venganza. La venganza me hace daño y no sirve para nada, me hace daño y yo no he hecho nada malo para merecerla... me angustio. Me angustio porque no quiero el frío, me angustio porque quiero la calidez, me angustio... porque me angustia darme cuenta de que me angustia la ausencia de su candidez.

 Me defiendo, mi mente me dice que no me angustie... mi intuición me dice que la frialdad se paga con frialdad, la venganza con venganza... mi mente me dice que combata la frialdad con calor y lo intento pero recibo más frío... y me enfrío, me duele. Me rebelo, quiero devolver el frío que me dan, pero sé que éso sólo me hará más daño, porque me duele... y me alejo del frío y del dolor. Me pierdo dentro de mi mismo y concentro mis esfuerzos en alejarme lo suficiente para que no me duela. Lo suficiente para que no me importe...

 La experiencia me dice que los disgustos pasan, el calor vuelve, pero queda una pequeña cicatriz. Cicatriz que duele cuando va a cambiar el tiempo, cicatriz que duele cuando hace frío, cicatriz que se une a otras cicatrices y así... el amor envejece...